Septiembre

Ok, tengo que aceptar Septiembre como viene, con las flores, con el 11, el 18 y la melancolía. En estos días recuerdo todo y me convierto en una avalancha de sensaciones y sentimientos.

Y aquí hay una canción que había en mi cabeza desde hace un par de semanas, pero que no logré volver a escuchar hasta ayer… http://grooveshark.com/s/+qu+Hago+Ahora+/3XBnIm?src=5

Mi querida prima Cecilia en el año 1988 me grabo un casete de Silvio. Este me acompaño a Iowa, U.S.A.

Lo escuchaba tanto que me lo aprendí de memoria. Esta canción fue parte de mi historia, antes del amor, antes de siquiera pensar a quien podía dedicársela. Esta canción junto a Río, Cierta historia de amor, Testamento y ¿A dónde van? me acompañaron en mi viaje, me recordaban Chile y a mi familia, me hacían sentir fuerte cuando me creía débil y me ayudaron a no olvidar mis raíces... apenas tenía 14 años, no podía descuidarme y olvidar de dónde vengo.

A los 14 años, plena época de mi propio romanticismo, me fui a un país extranjero con un idioma extranjero y con una raza extranjera. Me costó entender porque no podía abrazar y besar libremente. Aprendí y me hice fuerte. En este país extranjero encontré una de mis almas gemela, una niña de 14 años, un poco tímida y un poco vanidosa que, gracias a Dios, hablaba español y que hasta el día de hoy es mi mejor amiga… mi queridísima amiga Puertorriqueña Lynnette.

Cuando volví a Chile creí que todo me sería fácil, sentía seguridad de en mi misma, no era orgullo, no, era la fuerza que adquirí, siendo media niña/adolecente, después de vivir 11 meses sin padres/familia/amigos en otro país.

Ayer la volví a escuchar a Silvio y particularmente esta canción ¿Qué hago ahora contigo? esta vez sí tengo a quien dedicarla... aunque aún no la dedico, porque aún no se qué haré contigo…

Silvio Rodriguez, Mercedes Sosa, Violeta Parra, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Fernando Ubiergo… artistas que desde mi niñez han acompañado mi vida, pueden pasar años y sigo identificándome con sus obras. Y, como todos los Quevedo tenemos un toque de romanticismo, sigo suspirando y enterneciéndome con el presente y el recuerdo.