martes, 21 de agosto de 2012

A veces, solo a veces me ahoga mi casa

Cuando cree este blog lo hice pensando en un propósito, que fuera un compañero para los días de estar en mi casa. Lo cierto es que esto de ser “ama de casa” no es lo mío. Estoy acostumbrada a levantarme temprano y partir a la oficina, me encanta estar metida en Internet, comer en restaurantes(sobretodo peruanos e italianos) y conversar con gente adulta sobre los últimos acontecimientos de la actualidad… claro, cuando logras que dejen de hablar de los reallities que no veo.

Comencé a escribir el año 2007, luego de decidir renunciar a mi trabajo y quedarme en casa, dado que mi Coincita fue afectada de una influencia su primer mes de vida, lo que me hizo pensar en que me necesitaba.

 El año 2009 volvi a trabajar, luego de encontrar una nana maravillosa que cuido a mis hijos tan bien que mi Coincita le llamaba “mami” de cariño

Este 2012 renuncie a la pega, despedí a la nana y me propuse recuperar lo que es mío, recuperar mi cada, mi familia y mis hijos. Pero ahora más que nunca siento que “se me va en collera”. Olvide como hacer aseo, tal vez nunca supe hacerlo en verdad, antes era fácil porque tenia pocos muebles y poca ropa, pero en 8 años de matrimonio pucha que se cumula. Mis hijos acostumbrados a nana, no hacen nada, no guardan sus juguetes, ni su ropa… nada. Mi querido esposo me ayuda en lo que puede, pero llega cansado y tarde, me siento mal hasta cuando lava la loza. Y ahora, me siento en medio del desorden y no se por donde comenzar.

- Siento que no saco nada con limpiar si a penas llegue Patricio y Constanza a la casa otra vez quedara todo desparramado.

- Que aspiro y aspiro y la mugre queda ahí mismo.

- Que lavo la loza y no se como vuelvo a usar platos y vuelve a estar todo otra vez sucio. Y un sin fin de otros sentimientos que no se como manejarlos. Estar encerrada en casa no me anima, me propuse no salir hasta tener todo limpio y es peor, porque me siento encerrada, no se por donde comenzar a limpiar.

A veces, solo a veces, me ahoga mi casa… no mis hijos ni mi esposo… solo mi casa.

 Por otro lado… me siento sumamente afortunada de tener una casa… bueno, un departamento, un hogar, un lugar que me acoge de día y de noche. Me siento feliz de poder tener una camita calientita en la noche, una cocina donde hacer galletas y panqueques y los juguetes desordenados me recuerda que estamos vivos y felices…

 Pero hoy, solo por hoy, quisiera salir corriendo.