Hoy decidí hacer la receta de “Estofado de Cerdo a la Chilena” que aparece en YouTube en el canal de
Álvaro Barrientos.
La verdad es que él lo hizo parecer sencillo y delicioso, comentando
que a los niños chilenos les gusta la sopa, que me dieron ganas de prepararlo. A
pesar de saber que, probablemente, mis hijos son de otro planeta porque
definitivamente con las sopas ni fu ni fa, pero este plato se veía tan
apetitoso que pensé que a los niños les encantaría y me atreví a hacerlo.
Partí muy entusiasmada, puse el video, tuve que verlo tres
veces porque no era capaz de retener los ingredientes, y no me di ni cuenta
como fui cambiando la receta en el camino, es que comencé a cocinar con todos
los ingredientes en el mesón, pero nada pelado y cortado aún, mi entusiasmo me
llevó a dorar el cerdo con el aceite de oliva, escuchaba como sonaba en la olla y pero yo
ni siquiera había cortado la cebolla.
Visualicé rápidamente un cerdo quemado, pensé que si
comenzaba a cortar a la perfección y medir todo lo que Álvaro decía, me iba a
demorar un kilo(ya sé que no es una medida de tiempo, esta es solo una
expresión chilena), además, quería terminar de cocinar y limpiar el living
antes de que llegara mi esposo, así que estaba contra el reloj, trate de no
angustiarme y simplemente improvisar, imagine a la mamá del chef haciendo esta
receta, dado que él dijo que era una receta de su mamá, me imagine una señora
agradable, con una sonrisa en su rostro y preocupada de mil cosas, como la
mayoría de las madres, pensé que ella aprobaría que no siguiera al pie de la
letra la receta de su hijo, que podía medir al ojo, pues me imaginé que ella
debía tener la medida en sus manos, en su "ojímetro" personal, la
verdad es que esto lo imagine porque es la manera en que cocinaba mi madre y mi
abuela (así fue como me quedé prácticamente sin ninguna receta familiar, ya que
cada vez que les pedía que me indicaran las cantidades, ellas hablaban de poco,
más o menos o mucho... yo quedaba igual)
Pensaba que yo nunca cocinaría así, al ojímetro, y mis primeras
incursiones en el arte culinario fueron una copia fiel a las recetas que
encontraba, ya sea en integrantes de mi familia que si se dignaron a darme
correctamente las medidas, o por alguna revista o internet; pero ya ven, nunca hay que escupir al cielo.
Y bueno, me sentí completamente autorizada por la madre
imaginaria de Álvaro, creada en mi mente imaginaria, y por todas mis ancestras.
También pensé que Álvaro motiva a disfrutar de la cocina y concluí que tampoco le molestaría, así que adapte la receta a la necesidad del momento.
La receta decía...
- Pulpa de cerdo, yo use posta de cerdo
- Pimentón rojo, yo tenía verde, no le puse
- Media taza de apio, yo pique una rama entera, incluyendo las
hojas
- Media taza de zanahoria cortadas en media luna y yo le puse
una zanahoria entera sin medir cuanto era
- Media taza de salsa de tomate, yo le puse el sachet completo
sin medir cuanto era
- Orégano fresco, use seco, no fresco.
- Perejil, olvidé comprar
- Orégano fresco, use seco, no fresco.
- Perejil, olvidé comprar
- Cebolla y papas cortadas en plumas, yo las corté en media
luna porque me demoro menos que cuando corto en pluma
- Vino blanco, lo olvidé, lo que me dio un poco de pena porque
tengo uno de exportación exquisito... mmm…
- Ajo, en ninguna momento dijo que lo usaramos, yo le puse, es que me encanta
- Ajo, en ninguna momento dijo que lo usaramos, yo le puse, es que me encanta
Mi esposito llegó cuando yo aún estaba cocinando, sin
limpiar el living y la cocina revuelta, así que no logre tener todo hermoso
como mi mente imaginaría quería, pero al entrar me dijo - mmmm, huele rico - y
eso fue suficiente para alegrar mí tarde.
Durante la cena, Coni solo comió la carne y las papas,
Patricio chico estaba durmiendo (con tanto calor el pobre se durmió a las 5 de
la tarde y no pudimos despertarlo nunca jamás) y a mí me pareció que mi plato se
parecía mucho a mi versión de caldillo... tal vez inconscientemente preparé un
caldillo de cerdo... 😅... pero me dio mucho gusto que mi esposo se repitiera.
De todos modos, gracias Álvaro, seguiré mirando tus recetas
y tratando de aprenderlas.
Me encanta la comida bien chilena.
PD: Absolutamente recomendable el canal de Álvaro, es entretenido, no esconde trucos, es simple y dan muchas ganas de comer mientras cocina.