viernes, 21 de diciembre de 2007

Navidad con sentido

Faltan poquitos días para mi fiesta favorita y probablemente la de muchas personas.

Pero ahora que soy madre la mirada a esta celebración es diferentes. El compartir, el dar y recibir, el entregar paz y amor es lo que quiero propagar este año. Mis hijos aún son pequeños y apenas entienden que nace Jesús, pero se me han ocurrido cosas para mostrar la bondad con actos.

  • Entregar a mis vecinas más cercanas un ángelito echo por mi junto con una tarjeta navideña firmada por los peques y mis hijos me acompañaran a golpear las puertas y repartir los abrazos.
  • El domingo ir a la iglesia, harán un pesebre vivo.
  • Hacer un listado de buenos deseos y regalar a cada miembro de la familia, así, además del regalo material, recibiran un don especial.
  • Hacer una oración antes de comenzar la cena involucrando a toda la familia, que todos lean un pasaje biblico, den gracias o hagan una petición.

Mi hijo le pidio una mascota al viejito pascuero, esto me alegra muchisimo porque más que buscar un juguete, busca un amigo.

Los regalos, bueno, además del Hamster, una bicicleta para el mayor y un rodado para mi coincita, pero también comparemos un juego fácil para jugar en familia, comprometiendonos con mi esposo a que al menos una vez al mes duante el año nos demos el tiempo de jugar con ellos.

Animense a dar buenas ideas para que esta navidad sea en familia y llena de amor, y le cerremos las puestas al consumismo.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Logre que mi esposo cocinara…

Mi esposo no es nada de machista, el barre la casa, lava la loza, muda y baña a los niños, hasta me deja dormir las mañanas del domingo. Pero la cocina, nada. Las veces que yo le digo que no quiero cocinar ordenamos comida china, pizza o abrimos un tarro de atún con una lechuga.

Pero el otro día me corte el dedo trozando el último pedazo de pollo. Quería hacer pollo al jugo. Intenté seguir cocinando pero la verdad es que el corte fue grande, me salio mucha sangre y comenzó a doler así que obligada a pedirle ayuda. Le deje sobre el mesón de la cocina el pollo, una cebolla, una zanahoria, un ajo, unos champiñones, unas arbejas congeladas, un cuchillo y una tabla de cocina y le pedí que me ayudara. Desde la puerta de la cocina (pues mi cocina es pequeña y dos chocamos) comencé a dirigirlo, que cortara la cebolla, la pusiera a sofreír y agregara los otros ingredientes de a poco… y le encantó hacerlo, de verdad lo disfruto y cuando termino el pollo dijo “que fácil”, luego le dije como hacer un arroz blanco (ese lo podía hacer yo, pero comencé a disfrutar que él cocinara) y me fui a poner la mesa.
Almorzamos un exquisito pollo al jugo con arroz… el mismo quedo muy contento haber echo con el almuerzo.

Mi dedo ya está bien, ahora tendré que inventar otras dolencias para que cocina de nuevo… jajajaaaa

domingo, 28 de octubre de 2007

Navidad

La pregunta sobre la cena me ha quedado dando vueltas. Me crié en una casa donde el día de navidad y año nuevo todo giraba en torno a la cena. El día anterior era limpiar y las compras en el supermercado. Mi madre dejaba el pavo “macerando” y al otro día cocinando pavo, carne, ensaladas, etc. Poniendo la mesa de lujo. Como a las 6 todos a la ducha, luego cenábamos, abríamos los regalos y se acababa la navidad. En año nuevo no era tan distinto. Aunque fuéramos a cenar afuera. Claro mi madre cocinaba mucho para no tener que cocinar los días siguientes.

Pero en algún momento perdimos el sentido de la navidad y año nuevo. Dejamos de ir a misa, dejamos de compartir, todo era muy estresante, la cena tenía que ser perfecta y mi madre cocinaba exquisiteces, pero muchas veces habíamos peleado todo el día y cuando nos sentábamos a la mesa apenas nos hablábamos. Mi padre lograba relajarnos a los pocos minutos, pero no hay nada peor que sentarse a comer con ganas de llorar y creo que muchas veces de adolescente me sentí así. Solo por estrés.

Mis navidades de casada han sido muy distintas, he cocinado pavo, pero dejando que el horno se encargue, pues me interesa disfrutar a mi esposo y mis hijos, reír y compartir, hacer un recuento de año, regalonearnos, ir a misa, dar gracias por otro año, etc.

Es difícil, pues el viejito pascuero esta reemplazando el nacimiento de Jesús. Se que no todos son cristianos y respeto todas las creencias, pero yo si lo soy y trato de no caer en el consumismo. Trato de no olvidar el sentido de las fiestas.

jueves, 25 de octubre de 2007

No me llamaron…

¿Pueden creerlo? Tanta angustia, tanto darle vuelta para nada. Bueno, para algo si, para conocer a todas esas hermosas mujeres que me han estado animo.

Mi ideal es encontrar un trabajo ½ tiempo o desde la casa, pero no aún, un poquito más adelante, cuando la Coincita entre al Jardín. Nisiquiera lo he hablado con mi esposo. Sé que él trabaja tranquilo porque yo cuido a los niños y hasta ahora no hemos tenido problemas de plata, pero para cualquier proyecto grande como comprar una casa, es necesario que yo trabaje y luego que los niños entren al colegio, también va a ser necesario mi sueldo. Pero no quiero angustiarme aún, tampoco le tengo miedo a tener un vacío en mi currículo porque creo que soy capaz de trabajar en cualquier cosa.

Gracias amigas por su animo, seguiré siendo una mamá 24horas como me dice Noryta y lo mejor de todo, disfrutándolo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Pega…

No saben la angustia que he sentido ayer y hoy. Hace mas o menos un mes me llamaron para un trabajo en una muni. A mi me encantó la idea porque el trabajo en el sector público me atrae muchísimo, pero solicite media jornada y no me lo aceptaron por lo que no quede.
La verdad es que no estoy buscando trabajo así que no me angustie, es más, fue un alivio porque descubrí en el fondo de mi corazón que no quiero volver a trabajar aún.
Estoy haciéndolo que más me gusta que es cuidar a mis hijos y me siento en pleno equilibrio. Soy una pésima dueña de casa, pero no me importa, lo disfruto. Disfruto el cuidar de los míos, el tener algo propio.
Yo opte por formar una familia, mis hijos no llegaron de casualidad, yo quise tenerlos y me siento realizada cuidándolos.

A las empleadas, las encuentro invasibas. Me cuesta, siempre, de niña me ha costado, aceptarlas. Eso de que se meten hasta en tus calzones y claro, deben lavarlos, pero a mi me enferman. Eso de dejar todo en manos de una extraña. Cuanto daño a veces hacen a los mas pequeñitos, cuanta caca le meten en la cabeza sin que uno lo note.
Sería bastante mas tranquilizador saber que están en el colegio y con migo en las tardes. La Coni tiene apenas un añito, es tan pequeñita para dejarla sola.
Me gusta cuidar a mis hijos
Me gusta cuidar a mi esposo

Por otro lado, extraño la independencia que da el trabajo.

La angustia, ayer me llamaron nuevamente, sigo estando calificada para el puesto y quieren que acepte. Verán la posibilidad de que sea media jornada y me llamarán hoy...
Salto cada vez que suena el teléfono.

Ya estaba resuelto, yo no trabajaría aún ¿Porqué de nuevo el dilema?

jueves, 11 de octubre de 2007

Cuando limpias, limpias y limpias

La limpieza es muy importante para mi. Lo baños y cocina limpios son fundamentales, evitar cualquier tipo de infección sobretodo por mis hijos. El living y las piezas son secundarias, pero no por eso dejo de barrer, sacudir y ventilar todos los días, cambiar sábanas y mantel de mesa, al menos una vez por semana.
Una vez una amiga me comento “ Al parecer tú limpias todos los días, yo lo hago solo una vez por semana”.
Me quede pensando en esta frase porqué si fuéramos solo Pato y yo sería muy fácil. Yo haría esos aseos profundos una vez a la semana y no me complicaría más la vida. Pero con los niños es distintos, me ocurre a menudo diferentes cosas que me triplican mi labor. Por ejemplo me ha pasado lo siguiente:
- La Coin se sienta en la basura y comienza a esparcirla mientras barro. También se sienta en la pala.
- Patricio reparte los juguetes en el living justo cuando estoy ordenando.
- Comienzo a hacer la cama y Patricio comienza a saltar en ella o la Coin toma las sabanas y juega al “no está, ahí está”.
- Les llama mucho la atención los detergentes y cada vez que me ven con uno quieren tomarlo, Patricio dice que me quiere ayudar y solo quiere esparcirlo. A veces se lo permito, pero esto hace que la limpieza sea más lenta.
- La Coin se me pega a las piernas mientras lavo la loza, limpio el baño, sacudo, limpio la mesa. Esto no permite que me desplace bien.
- Les encanta meterse entre la ropa recién lavada cuando la estoy colgando. A veces Patricio quiere ayudarme y “oh, mamá se me calló”.
Y qué ocurre con aquellas cosas que hacen cuando no estoy limpiando.
- Dan vuelta agua, jugo o bebidas.
- Sacan todo el confort.
- A la Coin le encanta sacar todas mis cremas, colonias, talco.
- Patricio riega las plantas y las deja nadando en una poza.
- Les encanta usar las naranjas, tomates, manzanas como pelotas.
- Los DVD son una verdadera atracción para la Coin, las pocas veces que me he descuidado los he encontrado repartidos por todos lados.
- Para qué hablar de los lápices, la tele, el computador, las paredes, el suelo, la ropa… todo corre peligro.
No quiero seguir listando todo lo que ocurre en mi casa, pues sería de nunca acabar. Yo trato relajarme, no ponerme histérica ni molestarme con ellos ya que aún son pequeños. Solo intento enseñarles que eso no se hace y pedirles que me ayuden a limpiar. Claro, no siempre me resulta, ni lo de guardar la calma ni lo de que me ayuden, pero sé que de a poco irán entendiendo.
Ahora, a mi amiga le digo “si, efectivamente limpio todos los días, y más de una vez al día o mi casa sería un chiquero”

jueves, 4 de octubre de 2007

¿Y qué hago ahora que estoy yo resfriada…?

Hace más de una semana que estoy despertando con dolor de garganta.
Ayer y hoy se le sumo un malestar general que incluye dolor de cabeza y de guata, así como la “guata pesa”, a pesar de que no estoy cenado.
¿Síntomas de qué? Tal vez solo de una madre cansada de tener que cuidar a los chiquititos y lo agotador de tener que cargar con ellos enfermos. Los dolores de cabeza los atribuyo al desorden de la casa. Me carga ver la casa cochina, pero con la Coincita llorando en mis hombros me cuesta un mundo limpiar. Y me digo, “limpio cuando duerma siesta”, lo cual tampoco es tan cierto, pues también tengo que almorzar.

Este resfrío lo congelo de 9:00 a 18:30hrs, o al menos eso intento. Me siento pésimo en la mañana, me tomo un paracetamol, un té con limón y miel y después de discutir con algún miembro de mi familia sobre lo mal que me siento, actúo como si nada, haciendo lo mínimo en la casa, dando mi primer interés en los niños. Ando más lenta, más cansada, pero trato de no andar de mal humor, así que simplemente… me dejo llevar
A mi me resulta…

sábado, 29 de septiembre de 2007

Enfermitos...

Pucha que era rico cuando me dolía la guatita y mi mama me la sobaba, o cuando tenía fiebre y me ponía los pañitos heladitos. Siempre pensé que las manos de mi mamá eran tan suaves, tal vez las más sabes del mundo. Un beso delicado, una sopita de pollo y un te amo eran casi suficientes para sentirme SALUDABLE.

Y ahora que se invirtió el esquema, yo soy la madre que debe cuidar los pollos... ¡¡¡ME VUELVO LOCA !!!
Un simple resfrió se transforma rápidamente en bronquitis y viene la fiebre, las flemas, los vómitos. Se ponen regalones y malos para comer.
Yo me la paso cargándolos, consolándolos, cocinando dietas livianas, secando lagrimas, limpiando pisos, enjuagando ropa sucia, cantándoles, sobado la guatita y tomando la fiebre.

Tengo a mi esposo botado, duermo mal, huelo a vómito, mis manos están ásperas y ando de mal humor, no soy ni la sombra de la dulzura de mi madre… Tampoco es que quiera parecerme a ella, pero… ¡Se veía tan simple cuando era yo la enferma!


La Coincita se resfrió, la verdad, nos resfriamos los cuatro, pero ella es la que estaba peor. La llevamos a urgencia el martes, yo ya pensaba que me la dejaría hospitalizada con algún bicho de estos raros como el Sincisial, pero GRACIAS A DIOS, solo tenía un bronquitis leve y una renitos purulenta. Nada que un antibiótico no cure. Y, tal como calculamos, hoy sábado ya se sentía bastante recuperada. Pero la vimos fea, varios días con fiebre alta, dos días casi sin comer, varias noches sin dormir por la tos…

Y el pobre Patricio Alberto que moqueaba y tosía me decía con su voz dulce, “mami, yo también tengo fiebre…” y se me acurrucaba lo más cerca posible.

Pato se iba a trabajar con tos, mocos y jaqueca. Yo, haciendo caso omiso a mis propios síntomas de resfrío me dedique a cuidar lo mejor que pude a mi familia, definitivamente no me gusta ver a mi gente enferma.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Bruja

A veces me siento paralizada. Es extraña la sensación y no es siempre, solo aquellos días en que algo pasa y no se como arreglar la cosa.
Cosas simples, como ¿qué hago para almorzar? O a veces cosas mas complejas como ¿Qué hago después de una discusión?
No quiero ser una bruja, eso lo tengo claro, simplemente no es mi estilo andar brujeando todo el día, pero cuando se ve la vida con ojos tan distintos, cuando cada uno trae toda una escuela distinta ¿Cómo hacerlo para no tener diferencias?

Hoy me siento paralizada por una discusión. Lo importante no fue la causa, ni la forma, si no cómo hacer entender al otro tu punto de vista si ambos creemos que tenemos la razón. Cómo hacer para que tome en cuenta mi opinión, la respete y la próxima vez que pase una situación similar lo recuerde.
Se que un par de gritos o hacer como que nada pasa no solucionará mi parálisis, tampoco me va a quitar la sensación de guata apretada, pero no se como solucionar esto, conversando tampoco sirve, porque es un tema que hemos conversado y como veo, eso ya no tubo efecto.

Tal vez ese es el motivo del porqué las mujeres nos convertimos en brujas, pareciera que fuera la única forma de lograr que nos escuchen y nos tomen en cuenta.

martes, 21 de agosto de 2007

En la cocina

Pocas veces he disfrutado el cocinar. Generalmente es solo una necesidad que hago para satisfacer el gusto de otros. Cocinar para mis hijos, para mi esposo, para mi madre a veces sin siquiera detenerme en pensar que me gusta a mi. Entre el cuidado de los niños y el aseo, apenas dejo una media hora para meterme en la cocina. ¿Poco o mucho tiempo? Me propuse a mi misma de niña que no sería de esas mujeres que pasaban metida toda la mañana en la cocina y con niños pequeños entre mis piernas tampoco puedo tener ollas y horno prendido mucho rato pues se pueden quemar así que con todos estas restricciones he desarrollado un instinto casi innato de meter algo en un sartén, aliñarlo, cocerlo y listo… un delicioso plato hecho con amor para toda mi familia.

La verdad es que pensaba que nunca había disfrutado este tramite, pero hoy paso algo curioso, me pille a mi misma exclamando ¡Que hermoso! al observar unas verduras cocidas al vapor. ¡Como conservan sus colores, sus olores…! Mi casa tiene una extraña mezcla de verduras cocidas, ajo, cebolla y carne horneadas y debo admitir que huele delicioso.
La pregunta que acompaña a diario mi cocina es ¿Le gustará a mi esposo?
Pero hoy me pregunte ¿Me gustará a mi? Con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Ahora solo debo cuidar de que no se queme.

sábado, 4 de agosto de 2007

La ceremonia del lavado de los manteles de cocina.

Quien crea que solo los orientales tienen ceremonias esta en un error, pues hay varias ceremonias que las dueñas de casa hacemos periódicamente.
Hoy escogí hablar de los manteles de cocina. También conocidos como paños de plato.
Ancestralmente se ha usado en mi familia el lavado cuidadoso y delicado de estos. Se ha pasado de generación en generación esta técnica que consiste en desmugrar, hervir y lavar los manteles con jabón de lavar, gringo o el famosos jabón Popeye.
Yo me he resistido a seguir con esta tradición ya que se invierte demasiado tiempo y esfuerzo para mi gusto así que decidí lavar los manteles en la lavadora sin ninguna condición previa. El resultado, manteles asquerosamente pasados a aceite y comida.
No me queda otra que desmugrar y hervir los manteles como lo solían hacer mis antepasadas, la única mejora es que el lavado y enjuague final se los da la lavadora automática.

lunes, 30 de julio de 2007

Mi bisabuela Dolores

Mi bisabuela Dolores sostenía que la mujer era la primera en levantarse y la última en acostarse. Si bien vengo de una familia muy matriarcal, yo soy la cuarta generación mujer con un título y que trabaja, hubo un error en las enseñanzas de mi bisabuela, pues a mi parecer, los hombres eran una especie de adorno que servían para procrear y que una vez que cumplían su rol podían hacer lo que se les antojara como dormir siesta, salir de parranda, llegar tarde, emborracharse, hacer carrera política, etc. Los hombres eran regalones y absolutamente dependientes de sus esposas, vivían una vida fuera de casa y es por esto que la mujer debía encargarse de todos los detalles, desde el amanecer hasta el ocaso. Mi bisabuela, abuela y madre, profesoras todas, trabajaban y llegaban a casa a encargarse de la comida, lavado, planchado, las compras, los niños, los arreglos de la casa… todo. Y la última tarea de mi bisabuela era revisar todas las puertas y ventanas de la casa para ver si estaban bien cerradas.
Mi padre rompió la cadena pues el fue un ejemplar dueño de casa y un padre involucrado con sus hijos. Algunas tareas de fin de semana eran compartidas y nunca espero a que mi madre le sirviera, incluso aprendió a coser sus propio botones.
Yo me propuse romper esta rutina y busque un esposo no machista con quien comparto la responsabilidad de la casa. Mi esposo llega del trabajo a barrer y a lavar la loza, cuida a los niños y nos regaloneamos mutuamente.
Sin embargo, a pesar de todos mis esfuerzos por no ser una mujer machista, el 99% de los días, soy la primera en levantarme y la última en acostarme.

martes, 17 de julio de 2007

Planchando

Detesto planchar, pero bueno, creo que viene incluido en el paquete del matrimonio.
No debería quejarme ya que fui yo quien tomo la decisión de renunciar a la pega, despedir a la empleada y quedarme en casa.

Invertí mas de 7 años de mi vida estudiando una carrera que no estoy ejerciendo… y fueron mas de 7 años por todos los ramos que me eche, soporte todas las críticas de mis amigas solteras como que voy a colgar el título en el delantal, que yo quise tener hijos, y las casadas…. No tengo… que raro, ¿es qué nos estamos casando viejas las chilenas?

Y aquí estoy… haciendo castillos y dragones mi pequeñito, mudando a mi pequeñita y planchando 500 camisas formales para mi marido… decidiendo si sería mejor volver a la pega y dejar los primeros años de mis hijitos a una desconocida o aguantar un año más y trabajar un poco mas tranquila cuando ellos ya estén en el jardín.

jueves, 7 de junio de 2007

Me voy a pedir pega

Me levante temprano, o más temprano de lo habitual. Mude a la niña, le di la leche al niño, le planche la camisa a mi marido, prepare el desayuno y me arreglé para ir a pedir pega.

No es fácil, ya que iré a ver si me dan clases, en un instituto dónde hizo clases mi papá... apelaré al cariño que una vez le tuvieron, cuando aún estaba vivo, para ver si me aceptan.

A ratos creo que me equivoque de profesión y que siempre debí haber estudiado pedagogía, pero por las vueltas de la vida que no se dónde me llevó, estudie Ingeniería. El problema no es la Ingeniería como tal, si no la especialidad.
Soy Ingeniero Civil… Informático… para el mundo laboral, Informático a secas y… mujer… entonces las ofertas que he recibido no diferencian de las de un técnico y eso hace doler el alma. Peor aún cuando te das cuenta de que técnicos se especializan en algún lenguaje y ganan el doble de tu sueldo.
Para alcanzar alguna jefatura hay que tener mucha experiencia y ganarle a los Industriales que se adueñaron de las gerencias. Los industriales son comodines, con cualquier cursito por ahí hacen la pega de un informático, un comercial, un obras civiles, etc. Es horroroso.

Sin embargo la sala de clases es mi mundo. Ahí puedo pasear ente los alumnos y enseñar todo aquello que creo necesario que aprendan, desde cómo utilizar un PC hasta una frase de una canción de la Violeta, “Solo el amor con su cienciaNos vuelve tan inocentes”… Es mágico

miércoles, 6 de junio de 2007

De pequeña

Mi madre era del tipo "maniatica del aseo", los fines de semana se debía encerar, limpiar baños, cocina, sacudir, trapear. Mi padre debía ir a la feria a comprar verduras y generalmente se discutía por algo pues mi mamá siempre estaba "atrasada". Cocinaba un almuerzo muy elavorado y tipo 2 almorzabamos y los grandes dormián siesta mientras los chicos jugabamos a algo... algo... algo... A veces ibamos a ver a los abuelos o a la casa de algún tío.
No quiero que mis hijos tengan una mamá histerica, ni sus fines de seama sean solo limpiar, no quiero transformarme en una "bruja"