lunes, 25 de marzo de 2019

Encuentro matrimonial


Recuerdo que quise ir a encuentro porque fueron mis papas, en realidad no tenía ni idea a lo que iba, como participante activa de la iglesia católica, pensé que serían como los típicos retiros o jornadas en las que reflexionaríamos sobre Dios, nuestra relación de pareja y se compartiría con otros matrimonios, pero estaba tan equivocada, si reflexione y compartí, pero lo hice con Patricio, de a dos, en intimidad, fue un regalo maravilloso, porque no nos habíamos dado ni cuanta como el día a día nos había agarrado y habíamos dejado de dialogar, de escucharnos mutuamente, de empatizar, de conectarnos. 
Yo solía pensar que solo con ver a Patricio sabía cómo estaba y que no eran necesarias las palabras en nuestra relación, así que los temas que hablábamos se centraban en nuestros hijos, en el trabajo, en las cuentas por pagar, en los vecinos ruidosos, en la última peli; sin darnos cuenta, caímos en lo cotidianos y dejamos de preguntarnos de corazón un verdadero ¿Cómo estás?. En encuentro aprendí a ser más asertiva, a escuchar y a dialogar con Patricio.

Es por esto que yo invito a todas las parejas que quieran mejorar su relación a vivir este maravilloso regalo.