miércoles, 5 de agosto de 2015

Organizadora

Sigo dándole vuelta a eso de la acumulación y el desorden, hoy volví a ver uno de esos programas en que las personas acumulan tanto que no pueden abrir la puerta de la casa y comencé a pensar en mi propia casa. Lo cierto es que no me gusta la muge y no podría vivir como ellos, pero si me ocurre a veces que tengo tanto desorden que no se por donde comenzar.
He seguido leyendo los Tips que aparecen en micasaorganizada.wordpress.com y he rescatado varias cosas interesantes.

Una de ellas, tal vez la que más me llegó, fue que nadie nace organizadora. Y de verdad me llegó porque yo pensé que si. Desde pequeña observaba varias compañeras, primas y mi propia hermana que eran ordenadas en distintos aspectos, con sus estuches, sus cuadernos, sus ropas. Recuerdo que mi querida prima Carolina tenía un dormitorio que parecía de princesa, con papel tapiz rosado con cintitas blancas, con cortinas y cubrecama a juego, sus muñecas ordenadas y con ropa, y toda ella era perfección, bien peinada, con vestidos hermosos y zapatos reina.

Yo siempre fui un desastre, los pinches se me caían por lo que iniciaba el día bien peinada y lo terminaba chascona, buenísima para perder la ropa, para trepar árboles y gatear por la casa, por lo que sí, yo también tuve vestidos de princesa y zapatos reina, pero me demoraba un par de segundos en parecer una plebeya. Además, perdía todo, perdía los lápices, los chalecos, hasta me perdía yo, si debía ir más lejos que 5 cuadras a la redonda.
Cuando fui creciendo aprendí a ser un poco más ordenada, me era fácil porque mi dormitorio era grande, porque mi mami linda me ayudaba y porque era solo un dormitorio.
Recién casada también me fue fácil mantener mi casa limpia porque éramos solo 2+1bebe, con casi nada de muebles, casi nada de ropa, casi nada de juguetes. Pero ahora somos 4 desordenados metidos en un departamento chico… todo se me hace un mundo…

Entonces esto de que se debe aprender a ser organizadora me llego al alma, pues pensé que yo no tenía remedio y ahora veo esperanza… una luz en el camino…


Gracias Gabi por tu blog…

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