martes, 23 de agosto de 2011

20 años atrás

Hace 20 años mi vida era otra, tenía 16 años, me iba bien en el colegio, quería estudiar sicología, estaba estúpidamente enamorada, ciega sorda y muda, creyendo que la vida era linda, fácil, simple y feliz. Después de vivir casi 1 año entero en USA, aprender el idioma, soportar la frialdad de los gringos, creí que mi vuelta a Chile sería fácil, me sentía triunfadora, si pude lograr superar todas las vallas en un país ajeno, imagínate en el propio. A los pocos días de haber llegado a Chile conocí a Andrés… fue amor a primera vista, jaja, y como no, si es tan guapo.


A los 16 años lo tenía todo…

A los 18 lo perdí todo…

Y luego me perdí yo…


Cuando Patricio me encontró, casi 8 años después, yo estaba perdida, en el tiempo y en el espacio, había sufrido mucho, había enterrado a seres queridos, me habían roto el corazón más de una vez, me iba mal en la U, me habían pisado y vuelto a pisar, tenía una coraza dura de super woman, pero lo cierto es que estaba sumamente vulnerable.

Y lo único que Patricio hizo fue quererme, así, con lo bueno, con lo malo, con los miedos, con las inseguridades, con el sufrimiento, con los errores, con las alegrías y con mis canciones. Me terminó de conquistar cuando me dijo “Bárbara, si creyeras en ti misma 1/4 de lo que yo creo en ti, tendrías el mundo en tus manos”. Amar solo por amar, sin necesidad de demostrar nada, eso fue lo que me enseño este hombre maravilloso. Me tomo y me aceptó así.

Este hombre me hizo ser mujer...

Soy feliz, si, lo soy, y estoy enamorada de mi marido, claro que sí. Lo que perdí a los 18 años nunca lo volví a recuperar, pero aprendí a reconstruirme, a sanar heridas y volver a amar.

Sin embargo Andrés, mi Andrés, mi amigo Andrés, mi querido Andrés, siempre está en mi corazón. Estoy feliz y agradecida de Dios de habernos presentado y de permitir que el tiempo no borraran el cariño y la amistad.

Hoy vuelvo a sonreír, simple y segura, como cuando tenía 16 años...

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