Pocas veces he disfrutado el cocinar. Generalmente es solo una necesidad que hago para satisfacer el gusto de otros. Cocinar para mis hijos, para mi esposo, para mi madre a veces sin siquiera detenerme en pensar que me gusta a mi. Entre el cuidado de los niños y el aseo, apenas dejo una media hora para meterme en la cocina. ¿Poco o mucho tiempo? Me propuse a mi misma de niña que no sería de esas mujeres que pasaban metida toda la mañana en la cocina y con niños pequeños entre mis piernas tampoco puedo tener ollas y horno prendido mucho rato pues se pueden quemar así que con todos estas restricciones he desarrollado un instinto casi innato de meter algo en un sartén, aliñarlo, cocerlo y listo… un delicioso plato hecho con amor para toda mi familia.
La verdad es que pensaba que nunca había disfrutado este tramite, pero hoy paso algo curioso, me pille a mi misma exclamando ¡Que hermoso! al observar unas verduras cocidas al vapor. ¡Como conservan sus colores, sus olores…! Mi casa tiene una extraña mezcla de verduras cocidas, ajo, cebolla y carne horneadas y debo admitir que huele delicioso.
La pregunta que acompaña a diario mi cocina es ¿Le gustará a mi esposo?
Pero hoy me pregunte ¿Me gustará a mi? Con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Ahora solo debo cuidar de que no se queme.
1 comentario:
Barbarita: que rico que estés disfrutando la vida misma.
Creo que está en la esencia del ser humano querer darle todo lo que esté en nuestras manos a nuestros seres queridos, hacerlos felices y si son los hijos, mejor, verlos contentos es nuestro premio.
A ésta altura eso si (con hijos de 22 y19) cocino lo que a mi me gusta... si alguien quiere comer algo diferente, lo tendrá que cocinar..... y así todos disfrutamos, despues hay que lavar los platos y ordenar... uffff
Parece que prefiero planchar jaja
Un abrazo grandote
Pachi
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