Este año
cumplimos 12 años de matrimonio con mi adorado Patricio y quisimos hacer algo
diferente.
Nos
regalamos todo un fin de semana en la playa, pero no en cualquier playa… nos
fuimos a la Caleta Horcón, específicamente, la Playa Luna, esa… siii… esa
misma, la de los nudista, naturistas o econudista o como quiera que se llame.
Fue un
viaje que planee hace como un mes, cuando vi un groupon de las cabañas LunaVerde, bastante barato y justo en esta temporada, la de nuestro aniversario.
Llegamos el
viernes a las cabañas y nos gustaron bastante, arrendamos la mas pequeña, un
solo dormitorio, una cocina pequeña y un baño, casi todo nuevo, todo impecable,
con su parrilla y mesa de picnic y los cuidadores muy amables, recomendable
ciento por ciento.
El sábado12,
el mismísimo día de nuestro aniversario, nos levantamos relajados, fuimos a almorzar
al restorán Bahia y luego a caminar rumbo a la Playa Luna.
Dice en el
sitio web que esta a 6km y que llegas en 20 min, pero para los inexpertos, como
yo, que fui con hawaianas rascas, esas de feria, que se rompen de nada, que no
son resistentes, además media coja, porque aun no me recupero bien de la caída
que tuve a principios de noviembre y mi talón aún me duele cuando piso muy
fuerte y si le sumas que hay que atravesar por roquerío y muchas, muchas, de
verdad muchas piedras, entonces la ida no fueron 20 min, sino 1hora y 20 min….
Pero
llegamos!!! Cómo supimos que estábamos ahí?, no había ninguna entrada fantástica,
ni ningún cartel que dijera que llegaste, pero vimos una persona desnuda…
Y bueno, no
había mucha gente, lo cual es grato para el litoral central que generalmente
pasa lleno, así que buscamos un rinconcito alejado, pusimos el quitasol,
estiramos las toallas y mi querido esposo se demoro 2 segundos en sacarse la
ropa… jajajaa…
Para mi
esto fue divertido, pues la exhibicionista de la casa suelo ser yo, que camino
desnuda generalmente del baño al mueble de las toallas, cuando estoy a punto de
meterme a la ducha y noto que no tengo con que secarme, o después de la ducha,
al tendedero de ropa cuando olvido escoger la ropa que me voy a poner antes de
bañarme o simplemente cuando estamos solos porque si… a veces hasta olvido cerrar
las cortinas, no es que lo haga todos los días, pero reconozco que me encanta
la sensación de andar en cueros, por lo que estaba segura que sería yo la más entusiasmada.
Pero debo
admitir que me dio un poco de pudor, habían más hombres que mujeres, estaban relativamente
lejos, pero igual estaba pendiente de ellos, lo cierto es que era mas
vergonzoso quedarse con traje de baño que sacárselo, pues al país que fueres…
así que tampoco lo pensé mucho y fuera ropa…
Y… al agua
pato… pues como habíamos caminado tanto, teníamos mucho calor y bueno, fue exquisito
bañarse desnudo…
Lo malo
malo malo es que olvidamos llevar algún bebestible tipo bebida, jugo o agua, así
que del calor pasamos rápidamente a la sed y no había ningún vendedor de bebidas, pan de huevo o palmeras desnudo, se veía a lo lejos que la mayoría de la gente tenía su cocaví, estoy
segura que si les pedía algo me daban, pero eso si que no lo logre, no hable
con ningún nudista…
Y bueno, la
sed pudo más así que después de una hora de disfrutar del nudismo ya estábamos
de vuelta a la realidad, a ponerse ropa, a emprender en ese tortuoso camino de vuelta
a la caleta … a penas llegamos compramos bebidas, bebimos casi un litro cada
uno y unas empanaditas de mariscos y a la cabaña, pues los pies nos dolían
cualquier cantidad.
Que si lo
haría de nuevo… claro! Pero con unas buenas zapatillas y una mochila donde
lleve solo bloqueador, toalla y agua, pues al fin y al cabo, el traje de baño
sobra…
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