
Recuerdo que quise ir a encuentro porque fueron mis papas,
en realidad no tenía ni idea a lo que iba, como participante activa de la iglesia católica,
pensé que serían como los típicos retiros o jornadas en las que
reflexionaríamos sobre Dios, nuestra relación de pareja y se compartiría con
otros matrimonios, pero estaba tan equivocada, si reflexione y compartí, pero
lo hice con Patricio, de a dos, en intimidad, fue un regalo maravilloso, porque
no nos habíamos dado ni cuanta como el día a día nos había agarrado y habíamos
dejado de dialogar, de escucharnos mutuamente, de empatizar, de conectarnos.
Yo
solía pensar que solo con ver a Patricio sabía cómo estaba y que no eran
necesarias las palabras en nuestra relación, así que los temas que hablábamos
se centraban en nuestros hijos, en el trabajo, en las cuentas por pagar, en los
vecinos ruidosos, en la última peli; sin darnos cuenta, caímos en lo cotidianos
y dejamos de preguntarnos de corazón un verdadero ¿Cómo estás?. En encuentro
aprendí a ser más asertiva, a escuchar y a dialogar con Patricio.
Es por esto que yo invito a todas las parejas que quieran
mejorar su relación a vivir este maravilloso regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario